En la noche del pasado 23 de mayo, la guardia fronteriza rusa retiró del río Narva, en aguas estonias, las boyas que delimitan la vía fluvial, alegando que las marcas fronterizas están en el lado ruso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia propuso el lunes que estonios y rusos inspeccionen conjuntamente el río Narva como una forma de resolver las diferencias sobre las denominadas 'boyas robadas'. En la noche del pasado 23 de mayo, la guardia fronteriza rusa retiró del río Narva, en aguas estonias, las boyas que delimitan la vía fluvial, alegando que las marcas fronterizas están en el lado ruso.
"Una vez más, recibimos la respuesta de que ellos vieron que esas boyas estaban en aguas rusas, y que tenían derecho a llevárselas. Se trata de un incidente fronterizo que debemos reconocer. Obviamente, no podemos itir algo que no hemos hecho, porque pusimos las boyas en aguas estonias. Por lo tanto, puesto que una de nuestras propuestas generales era, efectivamente, realizar mediciones, puesto que ellos respondieron con la petición de que especificáramos exactamente a qué nos referíamos, cómo serían las mediciones, aprovechamos esta oportunidad para especificarlo", declara Kerli Veski, director general del Departamento Jurídico del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Estonia propuso iniciar las mediciones conjuntas en el mes de agosto, como muy tarde. En caso de que Rusia se niegue a realizar una medición conjunta, las autoridades estonias consideran la ubicación de la vía marítima de acuerdo con mediciones anteriores, y colocan boyas de navegación en aguas estonias.