Este mismo equipo de investigación captó en cámara por primera vez a un calamar de cristal glacial en enero.
Cien años después de que se identificase al calamar colosal como una nueva especie, los científicos han grabado por primera vez un ejemplar vivo en libertad, marcando un hito en la exploración de las profundidades marinas.
Durante una expedición científica realizada en marzo, un equipo a bordo del buque Falkor del Instituto Oceánico Schmidt encontró a la escurridiza criatura cerca de las islas Sandwich del Sur, en las gélidas profundidades del Océano Atlántico meridional.
El calamar juvenil, que tan solo medía 30 centímetros (una diminuta fracción de lo que puede llegar a ocupar), fue grabado a 600 metros de profundidad por un vehículo teledirigido. Su forma inquietante y translúcida ofreció una visión extraordinaria de una de las especies más misteriosas del océano. "Es emocionante ver la primera grabación 'in situ' de un colosal juvenil... y humillante pensar que no tienen ni idea de que existen los humanos", ha declarado Kat Bolstad, de la Universidad Tecnológica de Auckland, una de las expertas independientes que verificaron la grabación.
Poco se sabe del ciclo vital del calamar colosal. Los pescadores han capturado ocasionalmente adultos moribundos, pero no se había observado ninguno vivo a tanta profundidad. "Durante 100 años los hemos visto principalmente como restos en los estómagos de ballenas o aves marinas", explica Bolstad.
Los expertos creen que pueden alcanzar los siete metros de longitud y pesar hasta 500 kilogramos, lo que los convierte en el invertebrado más pesado y el calamar más grande del planeta. A medida que maduran, los juveniles pierden su aspecto transparente y adquieren un tono rojizo. Este avistamiento es aún más notable por el hecho de ser casual. Según un portavoz del Instituto Oceánico Schmidt, el equipo se había propuesto descubrir nueva vida marina, no encontrar y grabar al calamar colosal.
El equipo encuentra dos nuevas especies en tres meses
La expedición de marzo no fue la única vez que el equipo de investigación encontró oro biológico en 2025. En enero, el equipo grabó las primeras imágenes confirmadas del calamar de cristal glacial en el Océano Austral, cerca de la Antártida, otra especie nunca antes vista en su hábitat natural.
Según Bolstad y Aaron Evans, otro experto independiente que ha verificado las imágenes, estos calamares juveniles comparten varias similitudes. Ambos tienen cuerpos transparentes y ganchos afilados en los extremos de sus dos tentáculos más largos. Sin embargo, a diferencia del calamar colosal, el calamar de cristal glacial carece de ganchos en el centro de sus ocho brazos.
El nuevo avistamiento se produjo en el mar de Bellingshausen, mientras los científicos estudiaban el fondo marino revelado por un enorme iceberg, aproximadamente del tamaño de Chicago, que se desprendió de la plataforma de hielo George VI. La sacudida resultante reveló un ecosistema hasta entonces oculto, arrojando luz sobre cómo el cambio climático está afectando a los océanos polares y lo poco que sabemos de sus profundidades. "El primer avistamiento de dos calamares distintos en expediciones consecutivas es extraordinario y demuestra lo poco que hemos visto de los magníficos habitantes del Océano Austral", ha declarado Jyotika Virmani, directora del Instituto Oceánico Schmidt.
La expedición de 35 días que captó las imágenes del colosal calamar formaba parte de una colaboración entre el Instituto, la Nippon Foundation-Nekton Ocean Census y GoSouth, un proyecto conjunto de la Universidad de Plymouth (Reino Unido), el Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica (Alemania) y el British Antarctic Survey.
El vehículo teledirigido del Instituto ha captado las primeras imágenes confirmadas de al menos cuatro especies de calamares en estado salvaje -incluidos el calamar colosal y el calamar de cristal glacial- y otra más aún por verificar. Pero su trabajo no ha hecho más que empezar. "Estos momentos inolvidables siguen recordándonos que el océano rebosa de misterios aún por resolver", ha concluido Virmani.