En la exposición, comisariada por el artista callejero anónimo Tabby, los schnitzels, chuletas deshuesadas, empanadas y fritas en sartén, se convierten en obras de arte que se enmarcan y comparan. Su tamaño, grosor y envejecimiento son, según el autor, metáforas de la vida y sus contrastes. La exposición también incluye 100 obras de arte callejero de Tabby, expuestas en un espacio minimalista de la Spiegelgasse, en el corazón del distrito 1 de Viena.
A diferencia del infame plátano de Maurizio Cattelan pegado a una pared, estos schnitzels no están a la venta. Los visitantes pueden disfrutar de la extravagante muestra previa cita y de forma gratuita.